Garza real que anidas en los arbustos. Guarda tus pichones de alimañas y hombres.
Mi abuelo murió en la cuneta. Sus huesos están en fosa desconocida.
Ardeida, ardeidae, recuerda tu niñez de pico, patas y largo cuello.
En Villanueva letras esperan ser grabadas. Mármol, lienzo natal de su camposanto.
¿Quién abre viejas heridas cicatrizadas por el tiempo? Ya se firmó la amnistía.
El mundo globalizado es tu hábitat, ave ciconiforme, en cardinales puntos geográficos.
Ni tumba para mis flores, ni velones para los rezos. Encendida la llama del recuerdo.
Te gustan los trópicos y las finas arenas. De manglares y selvas tomas causas perdidas.
Fue durante la guerra, la de un millón de muertos, cuentan los mayores. Le mataron.
Chapoteas en orillas de leyes y ríos, por aguas insalubres y pantanosas. Rojoazuladas.
Mis padres han perdonado. Concordia .El juez más justo ha dictado sentencia.
Karkia voladora, remueves el cieno, buscando gusanos e insectos para el buche.
Olvido, ave carroñera, picotea y despedaza cuerpos en nuestra memoria.
Siendo primates honrábamos a los muertos, amigos o enemigos, todos merecían descanso eterno. Ahora civilizados quedan solitarios cadáveres en campos baldíos.
-¡Mi abuelo no descansa en paz porque no sabe cuanto le quiero¡
Solitario garzón de luenga toga negra, no te importe que puedan hacer los que rondan tu nido con yugos y flechas. Toma pico y pala y consigue una tumba que diga:
R. I. P
Juan García González
1901-1936
Tus hijos y nieta no te olvidan.
ARTICULO PARA LA ALMENARA
mAYO 2010.
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