Si una mujer adopta como propios los valores definidos socialmente como "femeninos" dificilmente generará las actitudes compatibles con una dedicación continuada al estudio y a la investigación.
Y si los rechaza tendrá que enfrentarse a un continuo conflicto entre los valores genericamente femeninos incorporados a su personalidad profunda, los valores "científicos" asumidos por su decisión de incorporarse a la ciencia y la sanción social por la ausencia de los valores exigidos y la usurpación de los valores negados.
De la necesidad de elegir nadie puede liberarla, y el recurso a la inconsciencia o la renuncia a hacer explícitos sus problemas no es más que una huida desesperada ante la realidad conflictiva que la acompaña donde quiera que vaya.
LIBERACION Y UTOPIA. Mª.A. Durán. 1982.
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