15 noviembre, 2007

CUATRO ERMITAS DE LA SIERRA DE ÁVILA II

NUESTRA SEÑORA DE RIHONDO. BENITOS.

Esta ermita de Ríhondo emerge del paisaje con toda naturalidad. Todo es silencio y soledad en estos parajes, chopos, olmos, robles, encinas la acompañan a distancia en su erguida soledad. El paisaje austero de roquedales y prados parece estar organizado para acoger a la ermita en lo hondo, junto al arroyo. Cuentan, que la imagen se apareció sobre una piedra con forma de manto que se encuentra cercana a la fachada norte de ésta. Es el vivo ejemplo de la sacralización de la roca madre.


NUESTRA SEÑORA DEL PARRAL. EL PARRAL.

Es la Virgen de los parrales que crecen en los alrededores del lugar, y que los vecinos se encarga de cuidar primorosamente. La ermita está situada en una pequeña hondonada donde se cruzan varios caminos, de su subsuelo emanan, durante todo el año, unos imponentes chorros de agua, canalizados hoy, en varias fuentes y pilones, que dan origen al río Zapardiel, tiene poderes curativos y a ella acuden gentes de toda la comarca a recoger sus aguas. El lugar es acogedor, transmite una tranquilidad alegre que posiblemente la contagia el fluir continuo de las abundantes aguas. Debajo de la nave central de la ermita, se encuentra el manantial, bajando por unos peldaños de piedra, se descubre la cripta abovedada, donde se encuentra una piscina rectangular pudiendo observar, desde allí, los borbotones que hace el agua en su salida a la superficie. No es de extrañar que el lugar fuera sacralizado a las divinidades del agua en la antigüedad.


NUESTRA SEÑORA DEL ESPINO. GALLEGOS DE SOBRINOS.

Entre prados verdes y encinas, se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Espino. El paisaje de dehesa sugiere tranquilidad y sosiego, al igual que las otras de la Sierra de Ávila, se encuentra al borde del camino, hoy carretera. Al contrario que las otras, el agua no está presente en ella, pero árboles y roquedales la guardan. La leyenda cuenta, que fue un pastor en busca de una oveja el que encontró la talla de la Virgen entre los espinos.


NUESTRA SEÑORA DE LAS FUENTES. SAN JUAN DEL OLMO

No hay otra ermita igual en la provincia de Ávila, su nombre viene de las fuentes que tiene en el exterior, cuya agua vierte el manantial que se encuentra debajo de ella. Este lugar fue sacralizado, posiblemente, en época prerromana, continuando en época roma y con el paso del tiempo fue cristianizado por las gentes que se van asentado en la Sierra de Ávila, en la Alta Edad Media; muy cerca de allí se encuentra el despoblado y la necrópolis de la Coba. Es un lugar para estar y saborear, la hondonada, el fluir de las aguas, los olmos y fresnos que la escoltan, las praderas que bajan hacia la vaguada, todo habla de tranquilidad y sosiego, habla de encuentro.

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